martes, 19 de junio de 2012

Pasar de blanco y negro al color


Edad, no me falta, pero tampoco me sobra. Las ganas de jugar nunca las perdí. Tengo tantos motivos para llorar como para reír. Sin embargo, reír es más sano y divertido. La energía se va, pero la recupero. La mirada pizpireta no nació conmigo, sino que se fue formando con los años. Para los que me conocen bien, saben que mi actual actitud positiva antes era negrura, llanto y tristeza. ¿Pero y qué? Aprendí a ignorar la tristeza, y de esa forma a superarla... No era una batalla tan difícil, ¿o sí?
Mírenme ahora. Con una sonrisa de oreja a oreja, cantando que la vida es un carnaval, con las pupilas dilatadas cada vez que empiezo a soñar con lo que va a ser algún día el mundo, y planificando mi vida, paso a paso. Aprendí a ser libre, aunque sea metida dentro de cuatro paredes.
Optimismo, paz, amor, respeto, y una mirada positiva para paralizar del miedo toda negatividad que intente desafiarme.



Sabrina A. Jackson Gallagher

No hay comentarios:

Publicar un comentario