domingo, 27 de octubre de 2013

Donde la divinidad y la ciencia se toman de la mano

A fin de cuenta y como somos humanos, está en nuestra esencia ser inconformes, de modo que, tras tantas teorías, siempre nos conformamos con una para luego de mucho tiempo, volver a modificarla. Y como yo también soy humana, una vez más me puse la túnica del clásico filósofo del 400 - 300 a.C, y volví a revivir este tema maravilloso que a todos apasiona; tema que, como quien dice, "desde cierto punto de vista, es una eterna guerra entre lo que se cree, y lo que se sabe".

Observemos un ejemplo sencillo, previo a la idea principal:
¿Qué puede ocasionarte angustia? ¿Te has hecho esa pregunta? La angustia es ocasionada por factores energéticos, emocionales. De modo que podemos afirmar que, ciertamente, la angustia es una "enfermedad energética". Y a su vez, la angustia, a nivel físico, ocasiona dolores de cabeza, así como el estrés (dolor energético) ocasiona dolores de espalda, de la misma manera que esta clase de enfermedades energéticas se transforman en cáncer que ataca algún órgano. Frenemos a revisar entonces qué fue exactamente lo que ocurrió ahí. Una angustia te trajo dolor de cabeza, es decir, algo que era energía pasó inesperadamente a reaccionar en el plano físico.

De energía, a materia.

Entonces, yendo al punto, ¿qué ocurrió en un principio? ¿A quién le damos la razón, a la ciencia o a la creencia divina? ¿Por qué las pongo como si fueran algo separado, haciéndolas quedar como contrarias? 
La teoría científica más nombrada y renombrada, es la del big-bang, que explica cómo en un principio, se encontraban partículas concentradas en medio de un pequeño espacio, y se comprimieron tanto que explotaron, dandorigen al Universo. Mas las preguntas muy momentáneas que todos se hacen sin saber responder, o probablemente sin atreverse a cuestionar a la ciencia es, ¿qué había antes de aquellas partículas? ¿Cómo apareció esa "nada" en la que las partículas se encontraban? ¿Qué era realmente esa nada? ¿Cómo llegaron ahí esas partículas? ¿Qué las movió? Lamentablemente, el humano va a vivir eternamente enfrascado en esa duda quizás científica, quizás filosófica, ya que cada objeto físico, cada partícula, cada molécula, tiene un antes. Todo lo que es materia, viene de alguna otra cosa, que también es materia. Así como una silla viene de la madera, la madera viene del árbol, el árbol de una semilla plantada en tierra fértil y muchos más eslabones que vienen detrás.
Así dentro de unos años quizás salga una nueva teoría científica que explique qué había antes de las moléculas que originaron el big-bang. Pero el hombre volverá a preguntarse, ¿y antes de eso, qué, cómo y por qué? Por lo tanto muchos años después seguirán saliendo teorías, pero la mente humana vivirá buscándole más y más por qués, puesto que tras cada respuesta, vienen más preguntas.

De tal modo que la teoría divina, suena mucho menos destartalada que la científica, tal que esta afirma la existencia de algo eterno, que es pura esencia, que siempre estuvo y que siempre está, a lo que, solo por ponerle un nombre, podemos llamar Dios.
Es ahí el punto exacto en el que descubrimos que la ciencia y la religión llegaron tomadas de la mano, mucho antes de que evolucionen miles de teorías y nosotros mismos las separemos
Nunca vamos a llegar a ningún lado, si seguimos buscando más atrás de las moléculas, y más atrás de aquello, y más y más atrás, puesto que ahí ocurrió lo mismo que con la angustia; algo energético se convirtió en materia. Una energía alimentada, se convirtió en las primeras moléculas.
Por eso hoy día, millones de personas estamos aprendiendo a manejar ese poder de "alimentación" de la energía, aprendiendo a traer nuestro pensamiento al plano físico, y en eso consta el proceso creativo que vivimos día a día, a veces inconscientemente de que ocurre, de que todo lo que está es creación nuestra. En eso se basa la profundidad de la frase "Crea tu propia realidad", y ese es el origen de todo este juego de vida y de mente humana, eternamente inconforme.

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